Hacienda Cortina
Una gran puerta de entrada almenada a pocos kilómetros al oeste de San Diego de los Baños anuncia lo surrealista, terrenos abandonados hace mucho tiempo de Hacienda Cortina. La creación del adinerado abogado José Manuel Cortina, la fantasía de este hombre rico hecha realidad fue construida como un parque gigante durante las décadas de 1920 y 1930, con Cortina colocando una casa señorial en medio de ella. Después de casi un siglo de negligencia, en 2014, el dinero de la remodelación llegó de la nada y la hacienda ha sido parcialmente restaurada.
Hay mucho para disfrutar en esta cúpula de placer tropical, aunque la mayor parte aún no ha sido plenamente apreciada por los visitantes extranjeros (la mayoría de los transeúntes son cubanos). Un camino de entrada desde la grandiosa entrada conduce a un grupo de edificios restaurados de manera atractiva, incluyendo un restaurante, piscina y hotel (solo cubanos). Desde aquí, una escalera conduce a un jardín de estilo francés adornado con coloridos capullos y estatuas de mármol de Carrera. Más allá se encuentran las ruinas de la antigua mansión de Cortina, parcialmente restaurado e incorporando otro bar-restaurante al aire libre.
A cada lado, los extensos terrenos ricos en plantas se extienden para incorporar un lago artificial para botes, varios puentes ornamentales, además de jardines japoneses y chinos con pagodas. Es un dominio hermoso y que levanta el espíritu, y lo sería aún más si los diversos porros para comer no insistieran en tocar música ensordecedora.
Los terrenos de la hacienda se abren en abanico hacia lo salvaje 25, Parque la Güira de 000 hectáreas.