Conoce al viajero:Marguerite Richards
Pueblo natal: Los Angeles, California.
Ocupación: Escritor, editor, comercializador esclavo de Francia.
Destinos favoritos: La franja de costa entre Dubrovnik y Montenegro en scooter. Roma de noche. De camino a Oporto, donde un simpático agricultor compartió sus naranjas. Cartagena, asomándose por encima de los muros del fuerte en el lado "equivocado". El césped de mi padre en cualquier época del año.
Morir por visitar: Grecia.
Rituales de viaje extraños: Usar gafas de sol de forma permanente para maximizar las oportunidades de mirar fijamente.
Régimen de relajación durante el vuelo: Fuera con los zapatos adelante con los calcetines de lana peluda. Dormir, Repito mi mantra del asiento económico:la única forma cómoda de sentarse es erguido. Relájate, y no te muevas. No te muevas.
Siempre en el equipaje de mano: Tapones para los oídos y antifaz.
Conserje o bricolaje? Ninguno. Siga a un amigo local.
¿Verlo todo o tomarlo con calma? Depende del amigo local.
¿Conducir o dejarse conducir? ¡Ser conducido!
Héroe de viaje: Todavía la estoy buscando. Te mantendré informado.
Lo más extraño que se ve en los viajes: Una cebra y una oveja colgando como mejores amigas en un zoológico de Sudáfrica. Un montón de cabras en equilibrio sobre las ramas de los árboles en el desierto de Marruecos.
Mejor servicio del hotel: La gran cama blanca y esponjosa.
Yo sueño con cualquier comida casera en un lugar extranjero.
A cualquier lugar a donde vaya, Miro el mercados al aire libre. Me encantan los productos extraños e interesantes.
Cuando llego a un lugar nuevo Aprendo la disposición de la tierra por caminar solo y memorizar puntos de referencia. Si me llevan alrededor Soy un inútil con la geografía.
Siempre traigo a casa bebidas alcohólicas o aceites de cocina locales. El aceite de aguacate de Sudáfrica era uno de los favoritos.
Si nunca vuelvo a Florencia será demasiado pronto porque fue invadido por estadounidenses. ¡Bien podría haber estado en Disneyland!
yo viajo comprender las diferencias culturales y los matices que nos separan, con la determinación de hacerlo palpable.