Polaroid de la semana:monjes que reciben su limosna matutina en Battambang, Camboya
Al salir hoy del sudeste asiático, estamos pensando en lo que echaremos de menos:la deliciosa comida por supuesto, nuestros cocos diarios, ver a familias enteras pasarnos en moto, cerveza y cócteles baratos, las gloriosas puestas de sol sobre el océano y los ríos, los bulliciosos mercados nocturnos, paseos en tuktuk que ponen en peligro la vida, las sonrisas de los niños, estar rodeado de arrozales, las hermosas estatuas doradas de Buda y, por último, pero no menos importante, los simpáticos monjes budistas. Los hemos visto en Laos, En Tailandia, y en Camboya, y han hecho varias apariciones en este sitio:la vista de un monje con una túnica de color azafrán brillante siempre nos hacía sonreír. Muchas veces entablaban conversación con nosotros, ansiosos por practicar su inglés o simplemente mostrarnos su templo.
En muchos lugares que visitamos fuimos testigos de la ceremonia de entrega de limosnas que se realiza todas las mañanas en todos los países budistas. Los monjes recorren la ciudad pidiendo limosna en las tiendas, restaurantes y casas particulares. Los budistas creen que trae buena suerte respetar a los monjes dándoles comida y poniendo arroz, frutas o verduras en los cuencos de limosna que llevan los monjes. En cambio, los monjes cantan una oración y bendice a las personas que dan la limosna.