Calvillo
El prolífico Valle de Huejúcar -que se distinguía por tener una buena cantidad de sauces, como su nombre alude- fue el lugar donde se asentaron y establecieron sus chacras criollos, españoles, mestizos y también franceses. dedicarse a la agricultura.
Fue en 1771 cuando José Calvillo, dueño de la hacienda de San Nicolás, decidió donar a la comunidad de Ojocaliente los terrenos necesarios para la fundación del pueblo de San José de Huejúcar. Años más tarde, en 1848, el pueblo cambió su nombre a Calvillo, en honor a su benefactor y recibió la categoría de villa (pueblo).
La producción de las plantaciones de guayaba se convirtió en el principal sustento de la comunidad, algo que continúa hasta el día de hoy, ya que la zona es la mayor productora de esta fruta en el país. Así, Calvillo es el mejor lugar para ir si tienes antojo de pasta de guayaba, mermeladas y todo tipo de dulces que se elaboran con el fruto de la guayaba.
Ubicado a 52 kilómetros (32 millas) de la ciudad de Aguascalientes, Pueblo Mágico de Calvillo es también la cuna del deshilachado, un hermoso tipo de bordado que se hace quitando ciertos hilos de una tela para crear patrones, texturas o dibujos monocromáticos. Se trata de una tradición traída a estas tierras por inmigrantes europeos pero que con el tiempo fue adquiriendo matices locales.
Estos bordados son muy apreciados por la enorme cantidad de trabajo que demandan y por el grado de detalle que se aplica a cada pieza. Así, un chal deshilachado puede costar importantes cantidades de dinero y ser un complemento delicado que complemente un vestido de gala.
Además, Calvillo cuenta con un encantador Centro Histórico y, desde su plaza principal, los visitantes pueden realizar varios recorridos temáticos para recorrer sus rincones más coloridos, sus lugares históricos o incluso realizar excursiones a las plantaciones de guayaba, a las haciendas o al Dique Malpaso. .