tlaxco
La palabra “Tlaxco” proviene del vocablo náhuatl “tlachco”, que significa “El lugar del juego de pelota”. A 45 kilómetros de Tlaxcala, 75 de Puebla y 160 de la Ciudad de México, suele ser una escapada de fin de semana perfecta para quienes buscan algo auténtico y con muchas opciones para probar el turismo rural o los deportes de aventura.
El corazón de Tlaxco es su tranquila plaza principal y su tradicional quiosco, escoltado por la hermosa Parroquia de San Agustín del siglo XVII, en cuya construcción participó Vicenzo Barroso de la Escayola, diseñador de la catedral de Morelia.
La localidad cuenta con otros dos edificios religiosos de gran interés y belleza:la Capilla de Lourdes, de cantería rosa, y la Capilla del Calvario, de 80 centímetros de ancho, con sus muros.
Junto a la plaza principal, el Palacio Municipal, inaugurado por el presidente Porfirio Díaz, es de visita obligada y alberga una colección de pinturas, fotografías y espejos. Otro lugar para conocer la historia y el entorno natural de Tlaxco es el Museo Carlos González, conocido como Museo de Historia, Artes y Tradiciones.
Pero en cualquier paseo, el delicioso pan va a proponer una parada improvisada para degustar algunas dulces especialidades tlaxqueñas, como el pan de queso o los cocoles bañados en miel de maguey.
Además de las panaderías, los lugares que mejor conservan las tradiciones tlaxqueñas son los talleres. Es emocionante visitarlos para ver las maravillas que producen todos los días.
Así, en este Pueblo Mágico hay que hacer escala en un taller de quesos, un taller de platería y en el Taller de Madera Artesanal, donde tienen una original maqueta animada (¡de madera, por supuesto!). ) y un “vochito” (un VW Escarabajo clásico conocido como Bug) con carrocería nueva y reluciente.