Tlaquepaque
Es fácil responder a la pregunta:¿qué hacer en Tlaquepaque? Nadie puede resistir la tentación de recorrer su paseo empedrado Independencia:el color de las fachadas, el olor de los naranjos y el ambiente rústico, confirman que estamos ante un Pueblo Mágico.
Aquí se concentran más de 200 talleres artesanales y galerías de arte. Basta entrar a un lugar para maravillarse con las técnicas que dominan los artistas; se les puede ver moldeando arcilla, pintando cerámica con pincel, tallando madera o creando vasijas en cera.
Para realizar compras inteligentes de artesanías existen visitas guiadas como las de GDL Tours, donde se visita la galería de Sergio Bustamante, quien se ha distinguido por sus esculturas con rostros sonrientes y circulares.
Tlaquepaque se distingue por ser un destino inclusivo, ya que el Centro Cultural El Refugio organiza caminatas para personas ciegas o deficientes visuales, para que nadie pierda la oportunidad de conocer este Pueblo Mágico.
Por el mismo andador Independencia se llega al Museo Regional de la Cerámica de Tlaquepaque, dentro de una casona del siglo XVII con patios decorados con fresnos. A unos pasos puedes llegar al Jardín Hidalgo, el corazón de Tlaquepaque y un buen lugar para descansar después de una larga caminata.
Después de recuperar fuerzas con un cono de nieve, puedes continuar hasta el Museo del Premio Nacional de la Cerámica Pantaléon Panduro en la calle Prisciliano Sánchez. El nombre ya dice de qué trata su colección, ya que exhibe siete categorías de cerámicas premiadas desde hace más de 39 años:cerámica contemporánea, cerámica vidriada sin plomo, cerámica tradicional, cerámica escultórica, cerámica en miniatura, cerámica navideña y figuras de barro. .
Quien va a Tlaquepaque y no visita El Parián, en la calle Juárez, se ha perdido uno de los sitios más emblemáticos del lugar. Es una construcción antigua con 19 restaurantes-cantinas para comer un buen pozole, birria, mole o chiles en nogada, sin importar si es temporada o no.
Finalmente, es necesario visitar el santuario de Nuestra Señora de la Soledad y la Parroquia de San Pedro. Sus fachadas son una amalgama de estilos, desde el Neoclásico, pasando por el Bizantino y Romano, hasta el Barroco. Con autorización, se puede caminar sobre sus techos.