Zempoala
Precisamente frente a la Plaza de Armas se encuentra la parroquia y el Ex Convento de Todos los Santos de fachada plateresca, construido entre 1570 y 1585 por los monjes franciscanos. Tiene una alta torre para espadaña y una gran capilla abierta con dos grandes arcos de acceso, además de la iglesia y el convento.
El complejo religioso está asociado al principal atractivo de Zempoala, el Acueducto del Padre Tembleque, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015, ya que el edificio religioso se encuentra dentro del área de protección.
Junto al ex convento se encuentra la Hacienda Casa Grande, la única de la región que no producía pulque, ya que los propietarios, la familia Enciso, tenían la Hacienda Los Olivos dedicada a la elaboración de esta tradicional bebida espirituosa.
Así que la Casa Grande funcionaba como posada y vendía pan, velas, jabón y verduras de su huerta. Hacienda Casa Grande se puede visitar para apreciar sus magníficas habitaciones amuebladas con piezas traídas directamente de Europa.
El recorrido propone un viaje en el tiempo al siglo XIX a través de su cocina y baños, la biblioteca, el comedor con una extraña mesa en forma de herradura, los dormitorios y la capilla. De hecho, Cesáreo Enciso fue quien donó el terreno para construir la actual plaza principal de Zempoala.
Luego, en el centro de la plaza principal, se destaca un monumento conocido como Picota o Rollo:una columna de piedra con jaguares en su base y un capitel con cuatro leones que, según los cronistas de Zempoala, sirvió tanto para demarcar el límite entre cada uno de los cuatro pueblos de congregación como para ejecutar criminales en público.
Finalmente, otro atractivo turístico imperdible en Zempoala es la panadería La Guadalupana, que lleva más de 70 años elaborando panes dulces que han provocado suspiros.