Balancán
Su clima cálido-húmedo es ideal para iniciar la aventura y recorrer sus 48 lagunas y ocho arroyos. Promete ser un viaje único e inolvidable.
Recorrer el municipio es conocer la historia que marcó su territorio. Se dice que perteneció al antiguo señorío maya chontal de Acalán, pero los mayas construyeron la población y centros religiosos de Moral o Reforma, El Arenal, Santa Helena, Tierra Blanca, Pomoná, Tiradero, El Cuyo del Nava, el altiplano y varias tumbas.
En la plaza Brigada Usumacinta del muelle se encuentran monumentos históricos, como los varios bustos de bronce de José Eusebio y Luis Felipe Domínguez Suárez. Sobre el acceso principal, vía Emiliano Zapata, se encuentra el de Luis Donaldo Colosio Murrieta, cuyo boulevard lleva su nombre.
Al caminar por el parque central, se puede observar la Iglesia de San Marcos, de estilo gótico, con portal de dos tramos y remate. El interior es de una sola nave con puerta lateral, vidrieras en muros y arcos en sus hornacinas.
Más adelante se encuentra el museo José Gómez Panaco, que resguarda y exhibe piezas de la cultura maya. Muy cerca se encuentra el Ayuntamiento, inaugurado en 1976 en lo que fuera el colegio Salomé Marín Virgilio.
Un imperdible para caminar es el Malecón El Popalillo, donde se puede disfrutar de la brisa y el hermoso paisaje de la laguna. La gastronomía de Balancán se compone de una rica variedad de tamales de elote, frijol, chaya y masa colada; chanchamitos, socucos, totopostes, tostaditas de pozol y penchuques; así como pollo y pavo cocidos en guiso.